Llevo los ojos vendados mientras Ingrid con sus manos en mis hombros me conduce por un estrecho pasillo que poco a poco voy sintiendo más húmedo, caliente y con un olor picante y a la vez muy chicloso, escucho cada vez mas fuerte, jadeos a distintos ritmos e intensidades.
Me destapa los ojos y si, es justamente lo que platicamos hace algunas noches; una enorme habitación con decenas de chicas en exquisita lencería y otras ya sin ella y en total acción.
"Azul aquí tienes lo que soñabas una celebración en grande donde solo tu eres la festejada pero todas disfrutamos contigo y de ti"
Ingrid
Mi chica se retiro un momento, detrás llego alguien más que me paso un hielo por la espalda, la recorrió avanzo tranquilamente por mi hombro hasta llegar a mi pezón derecho hasta que este estuvo totalmente congelado y el hielo hecho agua; su lengua comenzó a transitar desesperadamente mi cuello, mi espalda, mis nalgas, volvió a mi cara, bajó, mis pechos, mi abdomen y ombligo hasta llegar a mi sexo.
El cerebro se me apago solo percibía todo lo que sucedía a mí alrededor:
Estruendosos beats electrónicos que por muy ruidosos no lograban callar la fuerte respiración y masivo jadeo
Cuerpos femeninos a media luz con un vaivén cadencioso, una melena roja embistiéndome por el frente y las manos de Ingrid tocándome desde atrás
Ahora con mas exactitud percibo olores frutales y dulces, como si estuviera en la cocina de una repostera
Mi piel identifica la tersura de otras pieles, el calor, el frío que ayudan a que yo siga elevándome poco a poco
Los labios que pruebo saben a chocolates y cerezas, cada vez más dulces pero no logro empalagarme
Es delicioso, lo recuerdo como si fuera ayer. Esta noche después de 30 años, Ingrid y yo permanecemos juntas, amándonos más que nunca.