Desperté y lo primero que vi fue el techo de un color azul con un toque grisaceo, pero para nada un color sombrío, de hecho la habitación era luminosa, cerré los ojos e intenté dormir otra vez, lo logré pero solo fueron algunos minutos.


Volví a abrir los ojos esperando con encontrarme con que todo fuese un sueño y estar recostado en mi cama, pero no, el color del techo era el mismo y la intensidad de la luz había aumentado un poco, el lugar se me antojaba conocido, pero no estaba muy seguro, así que ya definitivo abrí los ojos por completo y me dispuse a levantarme, sentí un ligero mareo pero rápido logré incorporarme, me senté en la cama, miré alrededor y no podía ver por ningún lado mi ropa, al fin la encontré en un sillón perfectamente doblada, me apresuré a vestirme y salir de ahí, pero algo me retuvo, y ese algo era la curiosidad de saber en que lugar o en casa de quien estaba.


La pintura estaba resquebrajada por varios lados, los muebles eran viejos, estaban bien cuidados pero eran viejos, no había polvo ni nada, un juguetero que no me llegaba de altura creo que ni al pecho, cuentos infantiles algo arrumbados en el, hasta la parte superior 3 latas, tome una de ellas e investigué que tenía dentro; un boleto de un antiguo cine en el ‘95, una pequeña libreta con muchos dibujos, cochecitos algo oxidados, fotos de algunos niños en edad de estar en primaria, pero ya un tanto arrugadas y carcomidas por el tiempo, tarjetas coleccionables de algún juego de moda en esos tiempos y era todo, al parecer eran como los tesoros de un niño.


El juguetero también tenía algunos cómics, soldaditos plásticos y uno o dos muñecos de acción, dejé eso en paz cuando un olor que venía de afuera del cuarto me llamó la atención, salí con toda prisa, el olor provenía escaleras abajo, entré al comedor y ahí estaba mi comida favorita, contrario a lo que mucha le gustaba yo adoraba el brocoli cocido con algo de queso gratinado, y ahí estaba un plato con una gran porción de esta comida, pero algo raro no había nadie cerca como para saber quien lo había preparado, ni para acompañarme a comer, revisé la cocina y estaba sola y sin muestras de haber cocinado nada minutos antes, volví a la mesa y me senté a comer tranquilamente.


Comía tranquilamente hasta que escuché un ruido en la parte trasera de la casa, si, para ser mas exactos en el patio trasero, me levanté algo exaltado, deje la comida a la mitad del plato, sigilosamente avancé al patio, algo temeroso y con cuidado, sorpresa que me llevé al ver a un pequeño schnauzer gris y juguetón, de pronto, muchos recuerdos se comenzaron a agolpar en mi cabeza, si lo recordaba todo, este era twinki mi perro cuando pequeño, el cuarto azul era mi cuarto, esa era mi casa de la infancia…


Twinki corrió, traté de alcanzarlo pero una blanca e intensa luz me cegó, volví a abrir los ojos y solo lo vi a él ensangrentado y llorando mientras yo estaba recostado viendo su cara y lámparas pasar, fue lo último que recuerdo…


Morí.


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es un cuentito que escribí y publiqué en el blog de un amigo, obviamente me invito a escribir en su blog jejeje

(5) Comments

  1. Unknown On 14 de septiembre de 2009, 0:50

    awww que lindo T.T [& aun lloro; de verdad], pobre perrito, whaaa T.T, aawww ame todo esto, que bonito, buena historia :)

     
    zeGismunda On 14 de septiembre de 2009, 10:10

    =D
    buen cuento...me gusto me gusto me gusto!

     
    Abbita On 14 de septiembre de 2009, 15:19

    lo sospeche desde un principio!

    me gusto n_n

     
    Zanahoria On 15 de septiembre de 2009, 11:13

    ¡Bravo!
    Me recordaste a los cuentos de mi papá, tu manera de escribir se parece a la de él. Me gustó mucho. ^^

     
    Rod Zila On 15 de septiembre de 2009, 19:39

    Ugh... tuve un nudo en la garganta.