Creo que no es la primera vez que había visto la muerte tan de cerca, no la mía y definitivo no la había visto pero con tanta consciencia de lo que es, muerte.

Básicamente tuve dos conejitos por dos semanas, el objetivo de tenerlos siempre fue, eso, matarlos, no exactamente por el mero placer de dar muerte a animales, no, sino que necesitaba sus huesos, en pro de la moda, luego les contaré de eso, no me acusen, es la primera y creo que por mis nauseas la única vez que lo haré, el caso es que tampoco les puse nombres y traté de no tomarles cariño en absoluto, por lo mismo, su objetivo: morir.

Después de pasada una semana, llegó su hora, un carnicero hizo el trabajo sucio, pero siempre estuve ahí, viendo, por morbo mas que nada, y después me iba a otro lugar o me volteaba, mi morbo no era tanto al parecer, mis tripas tampoco muy resistentes y de repente también el corazón se me hizo chiquito, pero ya estaban mas para allá que para acá, así que ya no era hora de detener nada.

Se me vino a la mente la vez que vi como apuñalaban a un cerdo y los chillidos que este pegaba, o las tantas veces que vi como le cortaban la cabeza a los pollos y tanto el cuerpo como la cabeza seguían brincoteando cada uno por su lado. Y ninguna de esas veces se me hizo chiquito el corazón, pero era un niño, ahí si era prácticamente morbo y no mucha consciencia sobre la vida y la muerte y ese tipo de cosas.

Después sin piel sin intestinos ni nada, seguían sus ojos acusadores ahí, perdiendo el color poco a poquito, pero era real de estar hace media hora correteando por el jardín y, ya no había mas que los animales en partes y un olor muy específico, no era carne ni comida, tampoco sangre del todo, era... muerte supongo.

Ahora ya tengo los cráneos limpios y blanqueados listos para convertirse la pieza principal de un par de accesorios, las pieles en la tenería en proceso de curtido y el resto, seguro sirvieron de comida para algún otro animal.

Si alguna vez vuelvo a utilizar pieles animales o cualquier otra cosa, una de dos o hagan trabajo de persuasión para que no lo haga o recuérdenme no tener al animal en cuestión como mascota.